No se ve, no se palpa, no se siente, no se transmite, ni se toca, ni se huele.
No hay manera de digerirlo, de aceptarlo, de intuirlo.
Cada cual es diferente, cada cual trae su discurso, sus teorías, sus preguntas específicas.
Cada cual trae consigo los dolores de cabeza que causa tratar de entenderlo.
Si, no es ni siquiera fácil, mucho menos simple, el hecho de encontrar secuencias y patrones para analizar el rumbo de aquello que hace llamar "respuestas".
No hay manera de digerirlo, de aceptarlo, de intuirlo.
Cada cual es diferente, cada cual trae su discurso, sus teorías, sus preguntas específicas.
Cada cual trae consigo los dolores de cabeza que causa tratar de entenderlo.
Si, no es ni siquiera fácil, mucho menos simple, el hecho de encontrar secuencias y patrones para analizar el rumbo de aquello que hace llamar "respuestas".
No inicia, no concluye, no disimula, no es amigo, no dialoga de sus planes, no es discreto cuando se trata de una controversia.
Traspasa millones de fibras, barreras, si's, no's, respuestas huecas, veranos, años, días, llamadas, sombras, almas perdidas y viejas; se clava en la cercanía, en un lápiz, en la tinta, en las sábanas azucaradas y letras color escarlata.
Si, se infiltra, sin tu consentimiento, en tus venas, en tus acciones, en tus símbolos, tus catarsis, tus alegrías, tristezas y enojos, tus porqués.....tus sueños.
Tiene todo lleno de magia (negra, blanca o multicolor), y con ella transforma tus visiones, las deja inválidas, esconde sus muletas.
No se compadece, no se inmuta, mucho menos en momentos de tensión disfrazada de berrinche, de hastío.
Sabe doler, sabe y necesita causar dolor y miedo; supemacía envuelta en oraciones transparentes, compulsivas e inexistentes.
Todos, de una manera, hemos estado frente a él, con él, son él, por él.
Todos hemos sentido sus estragos.
Todos hemos preguntado porqué alguna vez.
Todos hemos sentido sus estragos.
Todos hemos preguntado porqué alguna vez.
Ninguno de nosotros ha obtenido respuesta.
Es eso, precisamente eso.
Es él, sin color y sin forma.
Es él, sin color y sin forma.