La belleza en el fango

3/25/2009 11:12:00 a.m.

Hace ya un año que la revista La Mosca en la Pared dejó de existir.
12 números, 12 especiales perdidos en el universo de la música.

En Marzo de 2008, su director Hugo García Michel anunció en su blog que terminaba el ciclo de la revista, al menos con la editorial Toukán (si se quiere saber la historia de Toukán y el inicio de la Moscosa, leer entonces el ejemplar de festejo de los 10 años, aquel con portada blanca y la mosquita revoloteando por ahí).

Si bien La Mosca fué detestada por muchos -quizá debido a las opiniones vertidas en sus editoriales o al despedazadero de vacas sagradas en todos los niveles-, tuvo un mérito muy chingón: decir lo que sea.

El cuerpo de colaboradores que tenía la mosca era -y es hasta la fecha, al menos para mí- insuperable: Fedro C. Guillén, Armando Vega-Gil, Patricia Peñaloza, José -Dios!- Agustín, Eusebio Ruvalcaba, Goyo Cárdenas, Susy Q, Rafael Tonatiuh, el propio Hugo y un largo etcétera.

Fué una revista que se dedicó a sacar del conformismo a la juventud que la adquiría mes con mes, ya que te hacía investigar acerca de lo que se escribía, mínimo para refutar o decir "este wey está pendejo"; le dió un sentido especial a las letras y a las opiniones, le dió voz las voces que necesitaban ser escuchadas, leídas.

Desde que conocí a la Mosca (con aquel ejemplar -29- donde se reseñó el disco From the Choirgirl Hotel y cuya portada mostraba a la perrita de Courtney Love y a un Kurt con cara de sádico) fué mi "must" mes con mes. Cada mes iba y le preguntaba al señor que vende revistas afuera del Blanca Nieves si ya le había llegado (trataba de no hacerle caso a su carota de enfado por mi recurrente pregunta mesames). Luego, conocí a una morra que trabajaba en Librolandia, bien buena onda ella, que me apartaba mi revistita...hasta que la corrieron de ahí. Después corretearla en Sanborn's (con todo y sus empleados que nunca saben donde encontrar los libros o revistas), hasta que me suscribí y llegaba la Mosquita a mi casita.

Tengo mucho que agradecerle a esa revista, a esos periodistas y columnistas, a sus secciones y a su diseño:

-Gracias a La Mosca conocí a uno de mis mejores amigos por allá del 2001. Estaba yo en uno de los descansos entre clase y clase en la universidad, cuando un muchacho nuevo en el salón me dijo "¿oye, me prestas la revista?" -o algo así-, por lo que puse mi tradicional carota de cuando me interrumpen a media lectura y se agarran la confianza de pedir cosas y le dije que simón. Se quedó con la revista hasta la última clase, se la pedí -quizá no muy amablemente, I guess-. Entonces surgió el vínculo con el muchacho nuevo del salón: ahora podíamos hablar de música. Hasta la fecha a veces recordamos el incidente y es jocoso cuando me dice que no era un confianzudo de lo peor, porque bueno, no lo fué, la mamona era yo.

-Por medio de La Mosca (y de la columna La Cocina del Alma) conocí a José Agustín. Me acuerdo que hablaba de sus libros (por aquella época estaba escribiendo la novela Vida con mi viuda) y me daba mucho coraje no poder conseguir sus libros aquí. Nunca los tenían en ningún lugar. Ese coraje se ha hecho menos desde el año pasado, porque en una feria del libro en el Ceart compré dos -válgame la redundancia- libros de él que solo me hicieron pensar que la espera había valido la pena, porque llegaron cuando tuvieron que llegar.

-La Mosca me presentó -con saludo en mano- a Feist, a Yokozuna, a Snow Patrol, a Jaramar, a Magos Herrera, a Yo La Tengo y a Tori Amos. Nunca dejaré de agradecerle eso, sobre todo por la última, que hasta la fecha es como uno de esos placeres adictivos.

-Colaboradores como Armando Vega-Gil y, sobre todo, Patricia Peñaloza, me provocaron tener un blog, un espacio de expresión propio, donde pudiera salirme del yo que se miraba todos los días para escribir del yo que era todos los días.

-Aprendí que el sentido del humor radica en burlarse de nosotros mismos, siempre, no importando las circunstancias.

-Gracias a sus ejemplares de colección (los especiales) he podido engordar mi colección de discos y, sobre todo, conocer el orígen de la música que me gusta, a lo mejor desde el punto de vista del que escribía pero, después de todo, la música es cuestión de visiones.

Podría seguir escribiendo acerca de la publicación, pero tampoco quiero marearlos, seguramente nomás yo entiendo lo que digo y, bueno, a lo mejor otro puñote más de coleccionistas de la revista.
Este post nació porque, curioseando en Mercado Libre, me encontré con un vendedor que estaba ofreciendo toda la colección de la Mosca, desde el ejemplar número uno (con Saúl Hernández en portada, un ejemplar anhelado y buscado hasta el cansancio por mí, sin resultados satisfactorios) hasta el último con The Mars Volta.
Me maldije por no tener la lana requerida y comprarla de inmediato (solo la tengo desde el número 29), pero al mismo tiempo recordé lo mucho que extraño leerla y lo mucho que me divertía con ella.

Larga vida a Mamá Mosca, ojalá algún día vuelva a volar como lo hacía antes....o mejor, quizá con alitas súpermejoradas y una visión de poca madre.




AUDIO
Lost Acapulco
HUMOR
Estable
DATO CURIOSO
"Aquí no escribe Carlos Monsiváis".




vomitado por Orizschna
22
comentarios
3/23/2009 11:28:00 a.m.
Hay días en los que simplemente amaneces de malas, sin razón aparente y sin explicación alguna. No se sabe bien porqué pero lo podría poner de la siguiente manera:

Es como si tuvieras un taladrito que no te deja hacer nada. No importa si hay atún para comer, no es al atún, tampoco la migraña o los cólicos que te cargas, mucho menos la falta de flow.

Es ese taladrito que no cesa de fregarte ni aunque le mientes a todas las madres del mundo. Es un taladrito que pone todo en blanco y negro, en stand by, que le pica al stop, que tiene una jetota para todo y para todos.

¿Cómo callarlo?. ¿Cómo hacer que no continúe taladrando y taladrando?.

Yo digo que hay que enseñarle buenos modales y, sobre todo, a respetar horarios.

También opto por aconsejarle lo siguiente:

When something's going wrong
You must :

Después, todo será mejor.







Audio
Pulsado el stop
Humor
Crappy
Dato curioso
Whip it good.




vomitado por Orizschna
26 comentarios
3/18/2009 11:20:00 a.m.


Es importante vivir queriendo dulces, pero cuando el mundo de las ideas se convierte en el sentido de las cosas, ahí tenemos un problema.

Perderse el respeto y dejar que controlen la vida propia es algo que no puede ni debe suceder.

Cuando no se pide, se recibe. Cuando se desea no hay nada. Estupidez humana, siempre lo mismo.

El comportamiento humano es tan inmaduro como parecido. Todos tenemos ese punto en común, y cuando llega el momento de enfrentar las cosas que se tienen que enfrentar, lo más fácil es huir y mandar todo a la chingada, porque, después de todo, estamos predispuestos a reaccionar así. Quizá el libre albedrío no exista, quizá las vísceras son las que llevan la batuta.

Que al enfermo en recuperación se le recuerden sus males es una mierda. Ayudar no es recordar, ayudar es evitar traer de nuevo lo que está jodiendo, eso solo lo hace una persona desinteresada, una persona que ve más allá de sus propias dolencias.
La ayuda como pretexto utilizada para introducirse a los mundos personales a los que se les había denegado el acceso es, entonces, mucho más mierda.

Cuando la curiosidad toma el control te quedas como el Major Tom de la canción de Bowie: a la expectativa. La expectativa no es buena, solo enseña a fraguar planes e imaginar líneas rectas que se ven curvas.

Hacer como que se sufre mucho y decirlo muchas veces no significa que esté sucediendo; la onda no es como con Bloody Mary, que de tanto repetir su nombre termina apareciendo ante tí. El dolor no se mira, no se dice, nomás se vive.

De pronto nos da por escribir cosas bien pensadas, no muy personales, no muy abstractas. Después nos excusamos diciendo que lo hicimos porque nos sentimos mal. Y no.
La excusa no proviene del sentimiento, sino de lo penoso que resulta exponerse. Y sí, sí se sintió, si lo quisimos, hasta lo pensamos.
Probablemente si me excuso mañana, ya sabrán porqué fué.

El ser parte de la humanidad me permite tener mil vertientes, ser como un rio que quien sabe en donde terminará desembocando, pero ese es el chiste y el arma de dos filos al mismo tiempo: la incertidumbre.

Las actitudes, las risas, el amor, el cariño quizá nunca es el esperado, pero tampoco es el que se pide. Uno no debe de ir exigiendo por la vida ser entendido, porque nadie tiene ni el derecho ni la obligación de hacerlo. Es algo que se hace, bueno, porque se siente. Si no se siente, entonces no vale, sería como comerte una nieve de vainilla creyendo que sabe a chocolate, así de loco.

Hay archivos que se tienen que borrar, hay historias que se quedan para siempre en el recuerdo.
Hoy no entiendo nada, nomás escribo sin filtrar, a lo mejor es un buen ejercicio para la salud mental.




Nosotros y ellos
y sobre todo nosotros, solo somos personas ordinarias
yo y tú y todos ellos
nadie sabe poque somos lo que escogimos ser.
Entonces, lloró.
Entonces murió.
Porque la felicidad no viene en tetrapack listo para beber.
La felicidad es un eterno combate consigo mismo.
Pero para eso tenemos todo el dulce del mundo,
y lo amargo, si así se antoja.















AUDIO
Tiger Lillies
HUMOR
=)
DATO CURIOSO
Siempre he admirado al villano, al fuera de la ley, al hijo de perra.
No aguanto al típico chico bien afeitado, con su corbata y su buen trabajo.
Me interesan más los pervertidos que los santos.
Me encuentro bien entre marginados porque soy un marginado.
No me gustan las leyes, ni morales, religiones o reglas.
No me gusta ser modelado por la sociedad.
Charles Bukowski




vomitado por Orizschna
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3/10/2009 05:54:00 p.m.

Paul McCartney and Ringo Star are the only Beatles in the world.
Devendra Banhart.



Porque la tortilla de maíz tiene su encanto, digamos, como para los tacos de borrego o el bisteck ranchero o los tacos de mantarraya. Pero la tortilla de harina es "la" tortilla. La tortilla de harina sabe chingona hasta con la comida mas fancy para muchos: la langosta.

Así pasaba con George. Era integrante del grupo más famoso del mundo pero su espíritu era otro, su espíritu no estaba siempre ahí tocando Penny Lane.

Durante el transcurso de la vida siempre necesita uno de un Paul, de un John -de un Ringo solo los más aventados-, para darnos nuestro toque de pertenencia.
Pero en el fondo uno sabe que la tortilla de harina es la mera sabrosura y que sabe bien con todo.
Igual que George: basta con deleitarme con los acordes de la guitarra Harrisoniana para saber que es MI tortilla de harina.


Durante mucho tiempo preferí a John, porque el era el líder, el que gustaba de la notoriedad, de la extravagancia y las campañas de protesta. Al igual que la tortilla de maíz, que tanto me encantaba, ya que sentía que nada sabía bien si no era con maíz de por medio- oh my gosh, what a mexican!Ay caramba!-.

Ahora ya no es así, ahora me gusta lo que llena, lo que no sobresale, lo que no necesita de nada más para tener un buen sabor (la tortilla de maíz sin nada sabe a eso, a la nada).
Por eso George es mi tortilla de harina, porque lo puedo saborear, porque me deja descubrirle nuevos sabores y otras formas de expresión.

Últimamente he escuchado mucho al buen George, y siento ofender a los puristas con lo siguiente pero, en verdad me llega más su sitar que todas las palabras de Yesterday o de Woman, ni decir nada de los tamborazos del Star.


Estoy admirando a gente que se arriesga a ser lo que és, y para mí, George era eso, un espíritu tan libre que en realidad a nadie le sorprendía nada acerca de él, mucho menos podía atarse a la idea de regresar a un gran comeback multimillonario. Nunca peleó ser el frontman de un grupo que ya tenía demasiados frontman's para siquiera pelear el reflector con otro. Mejor era para él hacer sus cosas, no importando si era el más talentoso, el más rico, nomás pretendía ser él. El rarito, dicen algunos detractores, quizá por su personalidad aislada y evasiva o la poca relación que tenía con las cámaras y las palabras.


Porque no vale madre andar renegando por lo que uno es o fué, es mejor aventarse el tiro de que el mundo lo quiera a uno como un paquete completo. Es, por así decirlo, una actitud encaminada a una vida feliz y sin pedos.

Así fué George, alguien que no peleó nada, solo obtuvo lo que quiso, lo que estaba destinado a dársele a una persona como él, tan él.


George era como un buen taco de carne asada: George tenía la salsa, el guacamole, la cebolla, los frijoles y el repollo. George tenía un sabor que era tan familiar para muchos pero tan poco tomado en cuenta por otros.


Para los Beatles, George era la tortilla. Sin George, los Beatles solo hubieran sido una carne asada dispuesta a degustarse con tenedor y cuchillo, así, sin arrebatarle el sabor, sin chuparte los dedos.


Para mí, él es la cebolla en mi comida, es indispensable para darle buen sabor, es el que me saca sonrisas, es el que me hace escribir una analogía entre su maravillosa aportación a la música y mi comida favorita.


George es mi consentido. George nunca morirá mientras sigan saliendo las tortillas de harina de la estufa, de las taquerías o de las tiendas de discos.




AUDIO
Obvious
HUMOR
Cada vez escribo más cosas
que nomás yo entiendo

DATO CURIOSO

All things must pass
-este post es meramente personal-



vomitado por Orizschna
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3/05/2009 10:08:00 a.m.

Tengo un blog (neeeeta?) y cada día voy descubriendo cosas, por él y por la red de redes. Por ejemplo, tengo acceso a libros, a música, a historias, a personas que probablemente nunca conozca.

Hace unos días me volví jóven de nuevo -después de los 25 está cabrón- y decidí que mi meta de la semana sería tener en mi poder la colección de las 500 canciones más grandiosas de la historia según la Revista Rolling Stone -misma que carece de credibilidad para mí en el sentido estricto de la palabra, pero que me llamó la atención por ser una lista muy jocosa-.
Llegué a la meta como en 2 días -mi parte compulsiva andaba medio muerta, al igual que la banda ancha que disfruto en ciertos lugares-.

Algunas -muchas- rolas ya las tenía, pero por alguna razón extraña mis oidos y mi alma necesitaban un soundtrack al azar, algo no escogido por mí. Necesitaba someterme al estándar musical de otros de manera conciente. Quería sentir eso de nuevo. Quería tener ésa sensación de asombro por algo.

Me senté, le agregué la rolas al winampis y vámonos recio en el túnel del tiempo.
Durante toda la jornada se dibujó una sonrisa en mi rostro, una sonrisa sincera que estaba recordando y descubriendo cosas, sonidos, letras y, por momentos, la gente que escuchaba sonrió conmigo, tuvimos un vínculo real y una complicidad compartida tan solo con ciertos acordes y recuerdos, tuvimos un viaje al pasado, recordando cuando la música sonaba en todos lados, al volúmen máximo.

La lista, per se, es escandalosamente arbitraria, tanto, que precisamente ahí es donde radica su encanto. Va desde las canciones más elogiadas y populares hasta las tonadas mas simples.

A mi parecer, faltaron muchas y sobraron más, pero como dije, eso es cuestión personal, ya saben, preferencias y gustos.

Ya con mi meta cumplida, ya con la sonrisa en el rostro -de satisfacción-, es que ahorita tego mi soundtrack para tiempos nuevos y viejos momentos.

Agradezco a la Rolling Stone por darme quebrada de no pensar y nomás sentir, por hacer que imaginara historias con la de Chapel of love o recordar a familiares en sus ochenteras épocas prendidosas al ritmo de Purple Rain.

Gracias a todos esos incómodos y arbitrarios jueces del sentir ajeno llamados "críticos" por recordarme que mi disco duro siempre tendrá espacio para Little Richard, James Brown, Chubby Checker, The Animals y los Bee Gees.

Agradecida enormemente estoy por sacarme de mi mundito y enseñarme que puedo presindir de muchas melodías de vanguardia con tal solo poner play al Lynyrd Skynyrd, que con Guns & Roses uno se rié mucho y, sobre todo, que los Beach Boys siempre estan cerca del corazón y del estéreo.

La música tiene propiedades curativas, recreativas, es tan plena. Sigo adentro de la mierda pero sigue ahí la esperanza, al escuchar el tarará, de que Every little thing it's gonna be alright.

Me acordé de compas que tenía, que tengo y seguramente tendré. Sentí la pinche brisa marina en la cara con las rolas que usamos para ir on the road, recordé declaraciones amorosas en una pista de baile, en una fiesta, en un terreno baldío, saboreé la mary que solíamos fumar en la casa de atrás de la prepa, las caguamas matutinas, el compartir el presente con personas que no estaban interesadas en un futuro.

Obviamente, ahora los acordes suenan y traen otras cosas consigo. Sonrio ahora por lo bien que se sintió cagarla tantas veces, por lo edificante que fué enmendar errores y seguir adelante. Estoy gustosa de mis errores, porque me han permitido aprender, de lo que he vivido, de lo que he dicho, de la gente que quise y que se fué, de la gente que quiero y se quedó, de la gente que querré y va a estar ahí.

La lista de la Rolling Stone me ayudó a evadirme un rato, a salirme de mi misma y volver a sonreír (preguntaba Carrie que si cuando podría sonreir de nuevo, le contestaron que cuando pasara algo realmente gracioso). Quizá suena bien pinche orate, pero es la verdad, con ésa lista recordé lo que me gusta hacer, quienes me gustan y que cosas disfruto. Les dije, youth again.

Ya lo decía Nietzsche -y es algo que repito siempre, siempre-, sin música, la vida sería un error. Hoy, la meta es otra, ya ando trabajando en eso, pero seguramente lo conseguiré con el funk sonando fuertemente.

C'mon, play that funky music white boy, play that funky music right.






AUDIO
La lista aquí
HUMOR
Better but not ok
DATO CURIOSO
Who'll stop the rain?




vomitado por Orizschna
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This is the end
My only friend
corazon
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