Siempre pensé que eras un hombre sin pasado, por eso me gustaste alguna vez, hace muchos años.
Aprendí a admirar las cosas que no se pueden ver, a dejarse llevar por lo intangible, las cosas que están al lado de uno.
Siempre quise ver las cosas como las veías tú, buscándole el sentido no real a las cotidianeidades tan aburridas y tan gastadas.
Hoy, sonó el teléfono. Fué como si me hablara yo misma hace 5 o 6 años.
Y acaba de sonar, no miento, y aún no se me pasa la sensación de inseguridad respecto a eso.
El vínculo que intenté crear no dió frutos en su momento, no por mí ni por tí, sino porque no estábamos destinados a estar juntos.
Sacarte de mi vida me costó un webo y la mitad del otro, muchos días, muchos problemas, muchos sinsabores que no quisiera repetir.
Por alguna extraña razón nunca te fuiste. Por alguna extraña razón eres el único de mis amores instantáneos que perduró, ya no como amorcito corazón, sino como una persona.
Y con la comida que en una hora vamos a compartir no daré inicio al recurrente juego del gato y del ratón, simplemente, en éstos momentos, necesito una cara amistosa más allá de las complacencias de ocasión.
Tú siempre serás mi cara amistosa, a pesar del daño, a pesar de todo.
Vamos a ir a la comida china, como siempre, vas a pedir que te cambien el pollo con piña por más carnitas coloradas y yo me agandallaré la mayor parte, con todo y el cilantro.
Platicaremos, me contarás de tu divorcio y yo de mis fracasos, me preguntarás si ando con alguien y te diré que no, te contaré el porqué de eso.
Hablaremos y hablaremos, nos quedaremos sentados y entre los dos decidiremos que hace 6 años la cagamos. Y que no hay regreso, no hay retornos válidos. Ya cada quien su rumbo, aunque sigamos encauzados en los mismos caminos.
Te diré que ya pisteo mucho whisky, que extraño ver series contigo, que fuiste mi mejor amigo durante mucho tiempo, y mi peor enemigo, mi más grande boicot, mi llamada de borracha.
Siempre fuiste y serás mi hombre sin pasado, y me atrevo a decirte mi hombre porque tengo la certeza de que la pertenencia es algo que se gana, y yo me la gané hace muchos años.
Sin embargo, yo no fuí tuya nunca, y esa si fué decisión personal. Las cosas siempre son como deben de ser.
Hoy, mi hombre sin pasado, no tengo expectativas.
Hoy nomás compartiremos una comida china como algo que nunca debimos dejar de ser: los mejores amigos.
Y yo ya tengo hambre.
Aprendí a admirar las cosas que no se pueden ver, a dejarse llevar por lo intangible, las cosas que están al lado de uno.
Siempre quise ver las cosas como las veías tú, buscándole el sentido no real a las cotidianeidades tan aburridas y tan gastadas.
Hoy, sonó el teléfono. Fué como si me hablara yo misma hace 5 o 6 años.
Y acaba de sonar, no miento, y aún no se me pasa la sensación de inseguridad respecto a eso.
El vínculo que intenté crear no dió frutos en su momento, no por mí ni por tí, sino porque no estábamos destinados a estar juntos.
Sacarte de mi vida me costó un webo y la mitad del otro, muchos días, muchos problemas, muchos sinsabores que no quisiera repetir.
Por alguna extraña razón nunca te fuiste. Por alguna extraña razón eres el único de mis amores instantáneos que perduró, ya no como amorcito corazón, sino como una persona.
Y con la comida que en una hora vamos a compartir no daré inicio al recurrente juego del gato y del ratón, simplemente, en éstos momentos, necesito una cara amistosa más allá de las complacencias de ocasión.
Tú siempre serás mi cara amistosa, a pesar del daño, a pesar de todo.
Vamos a ir a la comida china, como siempre, vas a pedir que te cambien el pollo con piña por más carnitas coloradas y yo me agandallaré la mayor parte, con todo y el cilantro.
Platicaremos, me contarás de tu divorcio y yo de mis fracasos, me preguntarás si ando con alguien y te diré que no, te contaré el porqué de eso.
Hablaremos y hablaremos, nos quedaremos sentados y entre los dos decidiremos que hace 6 años la cagamos. Y que no hay regreso, no hay retornos válidos. Ya cada quien su rumbo, aunque sigamos encauzados en los mismos caminos.
Te diré que ya pisteo mucho whisky, que extraño ver series contigo, que fuiste mi mejor amigo durante mucho tiempo, y mi peor enemigo, mi más grande boicot, mi llamada de borracha.
Siempre fuiste y serás mi hombre sin pasado, y me atrevo a decirte mi hombre porque tengo la certeza de que la pertenencia es algo que se gana, y yo me la gané hace muchos años.
Sin embargo, yo no fuí tuya nunca, y esa si fué decisión personal. Las cosas siempre son como deben de ser.
Hoy, mi hombre sin pasado, no tengo expectativas.
Hoy nomás compartiremos una comida china como algo que nunca debimos dejar de ser: los mejores amigos.
Y yo ya tengo hambre.
HUMOR Inesperado AUDIO Older lives.mp3 DATO CURIOSO Mejor ahorita que nunca
si fuiste a comer lo afirmo: estas bien pendejita corazon!
ahi me cuentas al raton.
atte...elohmmm...