Bien curioso porque ya nos conocíamos y nos caíamos mal, así que se puede decir que empezamos de la peor manera posible debido a los antecedentes lunarios que teníamos en común. Y bien curioso que no fué nada parecido a lo que imaginaba de tí.

Todavía me acuerdo de la primera vez que te re-ví. Fué en la Mega de la Anáhuac. Primero el que onda de rigor (creo que después del shock personal de verte con gusto y sin tirria) y ya la cosa fluyó de una manera bien chila.

Fué un cotorreo intenso. Un update de un par de desconocidas. Aclaraciones, malos entendidos, viboreos y risas en medio de tu Coca Light (otro shock al descubrir que ya no le empinabas el codo como en la Universidad) y mis Tecate Light.

Bien curioso que uno se deja llevar por la gente pendeja.

Te empezé a tratar en un momento crucial en mi vida. Tu ya me conociste sin las amistades nefastas que venía acarreando desde hace años, un poco más centrada y más responsable de lo que era cuando me torcías la jeta recabrona. Yo te conocí sincera, enamorada del amor y estudiando lo que te llena el alma. Y así tuvo que ser.

Ayer que te miré, durante ese ratito, me puse a repasar todas las cosas que había aprendido de tí y las que me dejaste compartir contigo. Los cigarros en el parque de tu cantona, los cotorreos, las caguamas, la comida, los chismes, las risas, esa vez en el Bosque. No te lo dije porque iba a llorar (y había dos personas ajenas a mí así que me daba pena). Tampoco fuí al aeropuerto porque no quería recordarte con los ojos llorosos o que te incomodara mi silencio, ese silencio que no iba a ser por tristeza, sino por nostalgia.

Te voy a extrañar Gabriela. Un chingo, porque no sabes lo difícil que es para mí tener amigas féminas. Porque eres una persona real y honesta. Porque eres nostálgica, porque escuchas, porque conversas. Porque eres Gabriela y eso es más que suficiente.

Me da muchísimo gusto que hayas encontrado tu destino, no le aunque sea hasta Argoños. Y más gusto me da el que vayas a compartir tu destino con el hombre de tu vida, aquel que te hizo desprenderte del infierno para darte la llave de la puerta a los mejillones, la paella y el chorizon mija.

Gracias por permitirme conocer a la Graciela -jojojiji- que no todos conocen, y por estar ahí, siempre.

Como bien lo dijiste, lamento mucho también que la puta vida adulta llena de sueño y cansancio no nos haya permitido disfrutar más el tiempo, pero siempre hay remedio para eso.

Quiero que sepas que aquí estaré siempre, para lo que necesites, cuando quieras. Tienes una casa más que visitar y una amiga más a la que tienes que acompañar a su boda (cuando me case, no espanteís tía).

Llénate de vida y respira libertad mi amiga. Que la felicidad te llene todos los poros y que regreses triunfante, feliz y con Gracielita en el horno jajajaja.
Un abrazo más largo que el que te dí ayer vía virtual, y con lagrimitas cayendo en el hombro.

Cuando estés recordando tu rancho y extrañando todo, acuérdate del olor del baño del Dakiur y vas a ver que pura verga vas a querer regresar jajajajajajajaja.

Espero pronto ir a conocer al viejo que se llevó a una morra tan chingona, y de paso el viejo continento.

Love u cabronsota.