El tema de las descargas gratuitas es muy complicado. Por un lado, los artistas hacen un trabajo que, como todos los trabajos de éste mundo, tiene que ser rentable; por otro, las compañías disqueras compran ese trabajo y lo distribuyen al precio que más les conviene para, sí, recuperar la inversión. Creo que hasta ahí puedo entender la molestia y la picazón de pelotas por parte del mainstream, pero declaraciones como las que voy a citar a continuación son las que de plano están fuera de lugar.
Lily Allen, la británica borrachota rule model for bad behaviours, declaró lo siguiente (vía Vuchara Sónica):
“Si los consumidores quieren buena música, tendrán que empezar a pagar por ella. La industria discográfica está en manos de completos imbéciles, y si dejamos de pagarles, seguirán invirtiendo en música mediocre. Cuanto más dinero ganen, más invertirán en música de calidad. Los artistas lo tienen cada vez más difícil, a muchos no les dan la oportunidad de grabar su segundo álbum. Y los responsables son quienes descargan música ilegalmente, por su culpa no está llegando suficiente dinero a los grupos”.
Ahora resúltase que el dinero tiene una conexión real y directa con el talento y la calidad. No way José.
Vayamos por partes:
1. Los consumidores no pueden ser generalizados. Eso de decir "buena música" es subjetivo ya que cada quien tiene un gusto particular. Por ejemplo, a mí la música de Lily Allen me entretiene, pero no considero que sea una música sobresaliente (a diferencia de su enemiga Amy Winehouse). De lo de pagar por ella es algo justo, al igual que los precios deberían serlopero no estamos en un mundo donde impere la justicia, ni pedo.
2. De acuerdo, son imbéciles, pero entonces ¿porqué pertenecer a una compañía discográfica transnacional? ¿fueron imbéciles al contrarla en lugar de, por ejemplo, Markéta Irglová?. I think so.
3. Si dejaran de contratar sus servicios y optaran por una distribución libre de su trabajo entonces dejarían de tener campañas publicitarias millonarias, apariciones en los MTV's de cada país y portadas en las revistas más in del gossip farandulero, y sin ésto, artistas como Lily pasarían al olvido rápidamente.
4. No. Cuanto más dinero ganen más dinero invertiran en productos desechables sin propuesta y/o en su defecto, más dinero se robarían. Eso es lo que acaba con la oportunidad del segundo disco en una transnacional.
5. No de nuevo. Los que descargamos música no somos los culpables de que los grupos no reciban el dinero que les corresponde. Sí el trabajo es algo verdaderamente bueno, compraremos el album, iremos a conciertos y adquiriremos souvenirs. Un artista ya no vive de sus regalías, sino de sus presentaciones en vivo, y si la gente no acude, no es culpa de las descargas ilegales.
Por ejemplo, Glen Hansard es un talentazo y no cuenta ni con un tercio del aparato publicitario de ésta muchacha, ¿le hace falta?, quizá sí, para dar a conocer su trabajo, pero no para elevarlo a la categoría de popular, que es lo que creo que confunde la mujer antes citada.
Radiohead liberó su último disco.
Los Artic Monkeys se hicieron popular vía Myspace.
Mi estimada Lily, anda usted cagando fuera del hoyo.
AUDIO
Lily Allen-Not fair.
HUMOR
Acalambrada
DATO CURIOSO
Musiteka & Good vibrations no se acaben!