Puedo jugar a que soy una persona interesante, que sabe de libros, de música, y pretender que tu plática me es enriquecedora. Nunca te darías cuenta de que para mí es un truco que me sirve para delimitar tu nivel de credibilidad.
Puedo jugar a que me gustan las charlas largas y el vino tinto, siempre acompañados de una charola de quesos y de carnes frías como botana. La dura realidad es que para mí solo importan el queso fresco y el queso para quesadillas, que del vino tinto aún no distingo el sabor, que las carnes frías son para el sandwish o el desayuno y que las largas charlas, contigo, me aburren terriblemente.
Puedo jugar a que te respeto. Suelo decirte verdades pinches entre líneas, pero éstas, al brincar a tus oídos, suenan como endulzadas opiniones de una linda mujer que, sin dudarlo, está interesada en aquellas cosas que te subyugan. Nada más irónico que eso.
Puedo jugar a que no me acuerdo. Estar sentada frente a ustedes y actuar como la más alivianada de las morras, cuándo en realidad pienso en todas y cada una de las chingaderas que con toda alevosía, premeditación y ventaja, han dicho y hecho hacia mí. Nunca se darán cuenta de que, por dentro, les estoy mentando la madre mientras planeo como voy a cobrármelas.
Puedo jugar a que soy comprensiva. La realidad es que no me importan los problemas del 90 porciento de la gente. Sería más honesto jugar a que soy buena escuchando, mas no comprendiendo las disyuntivas de la mediana edad en la que todo se resume a si me quiere o no me quiere. De todas formas, se que nunca podré cambiar al mundo.
Puedo jugar a ser tan decente. Puedes observarme cuando actúo de manera mesurada sin siquiera pensar que en ese momento deseo estar sentada en algún lugar donde se pueda ser, sin nadie que se fije en mí. Nunca has podido averiguar que me gusta pasar desapercibida.
Puedo jugar a que quiero estar contigo cuando deseo estar con otra persona. Si. Quiero estar con otra persona y tú no te asemejas en nada a las cosas que siento cuándo estoy con la otra persona. Ni veo las mismas cosas, ni me provoca las mismas cosas.
Puedo jugar a que soy nada. En realidad lo soy todo. Todos los adjetivos calificativos que se te ocurran, todas las manías, todos los vicios, todas las bajezas y los sinsabores, las bromas crueles, las palabras más groseras, el humor negro más vil y los mejores sentimientos para quién merece mis mejores sentimientos. Soy todo y para tí soy nada de eso. Porque me preguntas si yo "___________" y en realidad no quieres saber. No quieres darte cuenta que soy un todo al que no le gusta la etiqueta de nada.
Y a veces, llega el momento en que a una ya no le gustó jugar, y voltea y se da cuenta de que los juegos son para gente cobarde.
Entonces, uno empieza a ser lo que realmente ha sido siempre, bueno, no empieza, más bien termina siendo lo que siempre fué, y se acepta y se grita y de nuevo, se siente bien ser.
Todo es relativo, porque a veces, cuándo más solo se cree estar, más acompañado se vive.
En ese momento, es cuándo el sabor regresa.
Se puede tomar un vino sin distinguir la cosecha, se puede estar sin pensar en algún otro lugar, se puede decir verga, se puede disfrutar de una fiesta de disfraces tonta e infantil, se puede fumar un gallito, se puede comprender, se puede hablar de música, se puede hablar de estupideces, se pueden hacer chistes de esas cosas que le molestan tanto a la gente, es válido ser decente, se puede coger sin esconder la sonrisa de satisfacción perversa, se puede coger con amor.
Puedo decir adiós, y lo más importante, pude perdonar.
Ya perdoné, ya te estoy diciendo adiós. Ya soy.
¿Que puedo hacer por tí?.
HUMOR
Valetodo.
AUDIO
Los Prisioneros- Tangananica, tangananá
DATO CURIOSO
Soy taan estéril para taantas cosas.
Valetodo.
AUDIO
Los Prisioneros- Tangananica, tangananá
DATO CURIOSO
Soy taan estéril para taantas cosas.
Nunca entiendo de lo que escribes, pero en este me acordé de un amigo de mi papá. Junto con el Misael nos reimos siempre de lo que hace, como él lo ve más seguido me tiene al tanto de sus acciones. Se llama XXXXXXX y es experto en vinos, en comer quesos de botana y en hablar de cosas "interesantes". Se gasta el dinero de la quincena en libros y pide prestado para comer. Le gustan las muchachas jóvenes y está bien ruco. Cree que es un experto en música pero en realidad sus gustos se limitan a jazz comercial y rock adulto, osea que está pendejo.
Me dió mucha risa porque pensé que estabas escribiéndole al amigo del jefe, jajaja. Ya estás ruca Liliana.
Oye, ya escribe algo, luego veo que yo no sigo y dejo de escribir más. Sale pues, cuídate.
Ahh, se me olvidaba, es gracioso por que el señor está pelón.